Evangelio San Juan 15, 9-11

San Juan 15, 9-11

«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor.

Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;

lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.

Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».

Mensaje

Este Evangelio es como una caricia del Corazón de Jesús hacia el corazón de cada familia. Cristo nos abre su intimidad más profunda: nos ama con el mismo amor con que el Padre lo ama a Él. No se trata de un amor superficial ni pasajero, sino de un amor eterno, fiel, divino.

Jesús nos pide algo que a simple vista parece exigente: “permaneced en mi amor”, pero inmediatamente nos muestra el camino: guardar sus mandamientos. No como una serie de normas frías, sino como el sendero que conduce a la verdadera alegría.

Hoy, en medio del ruido del mundo, de la rutina familiar, de las heridas emocionales y de las pruebas económicas o espirituales, Jesús pronuncia una palabra que sana: “Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud”. ¿Quién no anhela una alegría plena en su casa? ¿Quién no sueña con ver a sus hijos, su esposo o esposa, sus padres, llenos de paz?

Cristo no nos promete una vida sin cruces, pero sí una alegría que no se apaga, porque nace de la certeza de saberse amado por Dios y de vivir en su amor. Por eso, hoy más que nunca, nuestras familias deben ser escuelas de amor, donde se aprenda a perdonar, a servir, a rezar juntos, y a buscar en todo la voluntad de Dios.

“Cuando el amor de Cristo habita en una familia, incluso el dolor se convierte en semilla de alegría eterna, porque donde se ama como Jesús, el Cielo comienza en la tierra.”

Invitación para hoy

  • 1. Haz un acto concreto de amor en tu hogar: perdona, sirve, escucha, ora… cualquier gesto que una y sane.
  • 2. Pide al Espíritu Santo la gracia de permanecer en el amor de Jesús, especialmente cuando te cuesta cumplir sus 10 mandamientos.
  • 3. Reza el Santo Rosario en familia y agradecer a Dios por su amor constante, aunque a veces no lo sintamos.
  • 4. Reflexiona con tu familia sobre esta pregunta: ¿Qué nos está pidiendo hoy Jesús para vivir en su amor y alcanzar la alegría plena?

Con cariño y bendición,

El equipo de Confesión Perfecta
“El Sacramento que cambiará tu Vida y salvará tu Alma”

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