San José Cafasso: Modelo de sacerdote santo, adorador, penitente y confesor

Historia

San José María Cafasso nació el 15 de enero de 1811 en Castelnuovo d’Asti, Piamonte (Italia), en el seno de una familia campesina. Ingresó al seminario de Chieri con 13 años y luego al Convictorio Eclesiástico de Turín, donde destacó por su piedad, docilidad al estudio y dedicación a los pobres. A los 23 años fue ordenado sacerdote en 1833 (dispensado por juventud) y pronto fue nombrado profesor y luego rector del Instituto de San Francisco en Turín, cargo que mantuvo durante doce años formando a más de cien sacerdotes, entre ellos San Juan Bosco.

Siendo un auténtico adorador contemplativo, su predicación brotaba del silencio y del amor a la Eucaristía. Era conocido por su calma serena y alegría interior, fruto de una vida de contemplación y mortificación, llena de oración profunda y experiencia sacramental . Su voz era “sonora, encantadora”, y su prédica, infundida por el fervor de quien primero ha contemplado a Cristo.

Vivía una vida ascética intensa: guardaba absoluto silencio, recitaba salterios por vivos y difuntos y ayunaba con frecuencia, a veces sin tiempo ni para comer. Se mortificaba con cilicio, una práctica espiritual tradicional para purificar el cuerpo y el alma . Tales austeridades fortalecían su unión con Dios y orientaban su entrega al servicio de los demás.

Como capellán de la cárcel de Turín, acompañó con compasión a más de 68 condenados a muerte, ganándose el título de “Santo de la Forca”. Ninguno murió sin la gracia de los sacramentos —confesión y comunión— gracias a su presencia-dedicatoria al pie de la cruz del que va al suplicio . En su predicación recordaba que “morir un sábado, día de la Virgen, es bello, porque Ella nos conduce al cielo”, y él mismo falleció este día —23 de junio de 1860—, rodeado de esa paz dulcísima.

Don Bosco, su alumno y discípulo, lo recuerda como maestro del clero, un consuelo para moribundos y gran amigo”. Gracias a él, Juan Bosco pudo financiar sus estudios y acceder por primera vez a las cárceles. Cafasso también apoyó con recursos su obra educativa y juvenil, contribuyendo al nacimiento de la espiritualidad salesiana. Su muerte fue acompañada por su discípulo sucedáneo, San Juan Bosco, quien celebró su funeral con profundo respeto espiritual.

Falleció el 23 de junio de 1860, después de largo sufrimiento físico, con 49 años. Fue beatificado en 1925 por Pío XI y canonizado en 1947 por Pío XII, quien en 1948 lo declaró patrono de las prisiones y los presos italianos. Su legado sigue vivo como modelo de sacerdote, hombre de dirección espiritual, santidad y caridad activa.

Lecciones

1.La santidad brota del silencio contemplativo y de la mortificación:

Cafasso predicaba con fuerza porque primero adoraba en lo íntimo y se entregaba a prácticas ascéticas profundas.

2.El ayuno y la mortificación son negación camino de unión divina.:

El cilicio y los ayunos fortalecieron su espíritu para servir con total amor..

3. La predicación eficaz nace del adorador interior:

Él fue un predicador de gran fervor porque era, antes de todo, adorador de la Eucaristía.

4. Cada sacerdote está llamado a ser guía de almas y consolador del moribundo.:

Cafasso muestra cómo vivir el (ministerio confesional con fidelidad) y ternura pastoral.

“San José Cafasso nos enseña que el sacerdote que adora, se mortifica y confiesa, puede arrancar un alma del infierno incluso en el último instante de su vida.”

Fuentes: CalendariodeSantos, Vida Santas, Santopedia, Wikipedia, ACI Prensa, EWTN,

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