
San Lucas 15, 3‑7
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a los escribas y fariseos:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la descarriada hasta encontrarla?
Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice:“¡Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido!”
Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.»
Mensaje
Esta parábola es un espejo de lo que Dios sigue haciendo hoy, en nuestras casas, en nuestras heridas, en nuestras luchas más íntimas.
El Buen Pastor no espera en lo alto del cielo a que cambiemos para amarnos. Él viene a buscarnos allí donde caímos, allí donde nos perdimos, en esa herida secreta que no queremos mostrar.
¡Cuántas veces en nuestras familias nos sentimos como esa oveja perdida! Un hijo que se aleja, una madre que llora en silencio, un esposo que ya no reza, un joven que ya no cree. Y sin embargo, Jesús no se queda con los justos; Él sale a buscar al que sufre, al que se equivoca, al que se avergüenza.
“Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría…”
¡Qué imagen tan conmovedora! No hay reproches, no hay castigo, no hay indiferencia. Hay ternura, cercanía y fiesta.
El corazón de Dios no se llena con perfección, sino con amor. Por eso nos dice:
“¡Alegraos conmigo!” Porque cuando una familia se reconcilia, cuando un corazón regresa a la confesión, cuando un padre o madre perdona, el cielo entero celebra.
La familia católica está llamada a imitar al Buen Pastor:
No juzgar, no rechazar, no condenar… sino salir a buscar, cargar con amor, y celebrar el regreso.
El hogar es el primer refugio donde cada persona debe sentirse amada, acompañada y bienvenida.
“Aunque te hayas alejado mil veces, Jesús sigue buscándote con amor y hoy quiere cargarte sobre sus hombros y traerte de vuelta al abrazo del Padre.”
Invitación para hoy
- 1. Haz silencio un momento hoy y pregúntate con humildad: ¿soy la oveja perdida o soy uno de los que aún no sale a buscar?
- 2. Perdona y acoge en tu familia a quien se ha alejado o ha fallado: No pospongas el amor, ¡hoy es día de volver al hogar!
- 3. Busca hoy el Sacramento de la Reconciliación: si estás herido o alejado. Jesús no espera tu perfección, sino tu deseo de volver (ve a confesarte con un buen sacerdote).
- 4. Enseña a tus hijos que de Dios perdona todos los pecados cuando nos confesamos: Enséñales el camino del perdón y de la alegría que viene de reconciliarse con el Señor.
Con cariño y bendición,
El equipo de Confesión Perfecta
“El Sacramento que cambiará tu Vida y salvará tu Alma”