IMMORTALE DEI
Papa LEÓN XIII

Descripción
La encíclica Immortale Dei (1885) del Papa León XIII es una enseñanza magistral sobre la verdadera constitución cristiana de la sociedad. En ella, el Santo Padre explica que el orden social no puede fundarse en el laicismo ni en la independencia del hombre respecto de Dios, sino en el reconocimiento del Creador como fuente de toda autoridad y de toda ley. La sociedad, como el individuo, tiene el deber de someterse a la ley divina y vivir conforme a la verdad revelada por Cristo y custodiada por la Iglesia Católica.
León XIII enseña que la autoridad civil proviene de Dios, no del pueblo ni de pactos humanos. Por eso, el Estado debe gobernar según la ley natural y reconocer a la Iglesia como maestra de moral y de verdad. Cuando los gobernantes niegan este principio, destruyen los fundamentos del orden y abren el camino a la anarquía moral y política. El Papa subraya que la unión armoniosa entre Iglesia y Estado, cada uno en su propio ámbito, produjo en la Cristiandad siglos de paz, cultura y civilización.
El Santo Padre condena los errores del liberalismo moderno, que pretende separar la religión de la vida pública, otorgar igualdad a todas las religiones y conceder libertad absoluta de pensamiento y prensa sin referencia a la verdad. Estas falsas libertades —dice León XIII— no conducen al progreso, sino a la corrupción del alma y al desprecio de Dios. El Estado que se declara neutral ante la religión se convierte, en realidad, en enemigo de la religión verdadera.
Asimismo, el Papa llama a los católicos a no permanecer pasivos frente a la descristianización de la sociedad. Deben ser ciudadanos ejemplares, comprometidos en la vida pública para restaurar el reinado social de Nuestro Señor Jesucristo. La verdadera libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en poder hacer el bien conforme a la verdad. Por eso, todo católico debe trabajar —según su estado— por la defensa de la fe, de la moral y de las leyes divinas en la sociedad.
Immortale Dei es una advertencia profética y una luz para nuestros tiempos: una sociedad que aparta a Dios de su legislación y de su vida pública se encamina a la ruina moral. Solo el reconocimiento del Reinado de Cristo puede devolver la paz y el orden. El Papa León XIII invita a todos los fieles a vivir y obrar como verdaderos hijos de la Iglesia, amando su doctrina, obedeciendo su autoridad y trabajando por la restauración del orden cristiano en las almas y en las naciones.


