La Madre del Salvador y nuestra vida interior

Padre Reginald Garrigou-Lagrange

Descripción

Este libro, escrito por el eminente teólogo dominico Reginald Garrigou-Lagrange, es una de las obras más profundas y luminosas de la mariología tradicional. Con la claridad del pensamiento tomista y la unción propia de un alma contemplativa, el autor nos conduce a conocer y amar a la Santísima Virgen María no solo como la Madre de Jesús, sino también como Madre espiritual de todos los fieles, íntimamente unida a la obra redentora de su Divino Hijo.

En sus páginas, Garrigou-Lagrange expone con admirable precisión teológica y ardor de fe el papel de María como Corredentora del género humano y Mediadora de todas las gracias. María cooperó íntimamente con Cristo en la obra de la Redención: no como causa principal —que solo pertenece al Redentor—, sino como causa subordinada y dependiente de Él. Ella consintió libremente en la Encarnación, y en el Calvario ofreció a su Hijo al Padre por la salvación de los hombres, participando así de manera singular en el sacrificio redentor. En palabras del autor, “María ofreció a su Hijo y se ofreció con Él en el Calvario”, mereciendo por su unión de amor y dolor el título de Corredentora, en el sentido teológico más exacto y tradicional.

Para el católico, decir que María es Corredentora significa reconocer que, aunque solo Cristo es el Redentor —único mediador entre Dios y los hombres—, María cooperó de modo único y subordinado en la redención de nuestras almas. Ella no añade nada al sacrificio de Cristo, sino que, unida a Él como nueva Eva, ofrece con amor maternal su consentimiento y su sufrimiento en favor de nuestra salvación. Así, su compasión al pie de la Cruz no fue solo emocional, sino verdaderamente redentora en cuanto participación espiritual en la obra de su Hijo.

Del mismo modo, la Virgen es Mediadora de todas las gracias, porque todo don sobrenatural que recibimos —la conversión, la perseverancia, la santidad, la paz interior— pasa por sus manos maternales. Garrigou-Lagrange enseña que, así como nos dio al Autor de la gracia, continúa ahora distribuyendo a las almas todos los frutos del sacrificio de Cristo. Su mediación no compite con la de su Hijo, sino que la prolonga con ternura maternal. Por eso, acudir a María para pedir la gracia es entrar por el camino más seguro hacia Cristo.

La gracia, enseña el autor siguiendo a Santo Tomás, es una participación real en la vida divina: es el don sobrenatural que eleva nuestra alma y nos hace hijos adoptivos de Dios. Sin la gracia, nada podemos hacer para la salvación; con ella, todo es posible. A través de la intercesión de la Virgen, Dios derrama la gracia santificante en nuestras almas, fortaleciendo la fe, purificando el corazón, y moviéndonos al amor verdadero y a la práctica de las virtudes. Por eso el cristiano pide las gracias por medio de María, como un hijo que extiende su mano confiada a la Madre que jamás deja de escuchar.

La Madre del Salvador y nuestra vida interior no es solo un tratado de teología mariana: es una verdadera escuela de vida espiritual. Enseña cómo la devoción a la Virgen —vivida con rectitud, profundidad y pureza de intención— conduce al alma a una unión más perfecta con Cristo, a la contemplación de los misterios divinos y al crecimiento en la gracia. Es un libro indispensable para todo católico que anhele aprender a orar con María, dejarse formar por Ella y recorrer el camino seguro de la santidad bajo su guía maternal.

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