Descripción

El Tratado del Purgatorio de Santa Catalina de Génova es, sin exagerar, la obra más luminosa y profunda jamás escrita sobre la purificación de las almas después de la muerte. No se trata de especulación teológica ni de relatos devocionales, sino de una experiencia mística directa, recibida por una santa de vida ejemplar, perfectamente fiel a la doctrina tradicional de la Iglesia. Aquí el purgatorio aparece no como un “castigo externo”, sino como un fuego de amor, un acto de la justicia y de la misericordia divina que purifica el alma hasta dejarla apta para ver a Dios.

Santa Catalina describe el purgatorio con una claridad sorprendente: el alma, al morir en gracia pero aún imperfecta, contempla la santidad infinita de Dios, reconoce con absoluta verdad sus manchas y, movida por el mismo amor divino, se arroja voluntariamente al fuego purificador, sabiendo que sólo así podrá unirse plenamente a su Señor. Este libro revela la grandeza y la seriedad de la vida espiritual: la pureza no es opcional, la conversión no puede esperar, y toda falta, por leve que sea, requiere reparación. Lejos de la falsa misericordia moderna que banaliza el pecado, aquí se ve cómo Dios toma en serio cada detalle del alma, pero siempre para sanarla, nunca para destruirla.

El tratado es una síntesis perfecta de doctrina tradicional, mística auténtica y teología segura. Santa Catalina muestra que las almas del purgatorio están en una paz indescriptible porque saben que van camino a Dios, pero al mismo tiempo sufren un dolor más penetrante que cualquier dolor terrestre, causado únicamente por su impedimento para amar a Dios plenamente. Este libro enciende el fervor, despierta el deseo de conversión verdadera, y recuerda al alma que la santidad es urgente. Es una obra indispensable para todo católico que quiera comprender seriamente la justicia divina, el amor purificador y la grandeza del destino eterno de las almas.

El Tratado del Purgatorio es para quienes buscan crecer en la vida interior con espíritu tradicional: aquí aprenderán a valorar la confesión bien hecha, la penitencia, la reparación por los pecados y el deber de ofrecer sufragios por las almas. Es una joya de la espiritualidad clásica, una escuela de humildad y de amor a Dios que mantiene intacta su fuerza sobrenatural incluso después de cinco siglos.