Santa Amalberga de Tamise: Virgen y Mujer de Oración

Historia

Santa Amalberga de Tamise (también conocida como Amalia o Amelia), vivió en el siglo VIII en lo que hoy es Bélgica. Su fiesta se celebra el 10 de julio. Fue una mujer consagrada profundamente enamorada de Dios, cuya vida nos enseña sobre la pureza de la vocación, el valor de la entrega total y la confianza en la Providencia divina.

Nacida a mediados del siglo VIII en las Ardenas o en Villa Rodingi, Bélgica, fue criada por Santa Landrada en el monasterio de Munsterbilzen, donde aprendió la oración, la virginidad consagrada y el celo apostólico. Desde niña destacó por su inocencia, piedad y belleza, que llamaron la atención de los poderosos de su tiempo.

Cuando la belleza y santidad de Amalberga llegaron a oídos de Carlomagno, este deseó desposarla. Pero ella, ya consagrada al Señor, rechazó el pretendiente. Él reaccionó con violencia, irrumpiendo en la iglesia para llevársela y, al no poder moverla, le rompió el brazo. Avergonzado y enfermo, Carlomagno pidió perdón y fue sanado gracias a la intercesión de la santa, quien lo perdonó con corazón puro.

Huyendo del cortejo real, Amalberga llegó a la orilla del río Escalda, donde el Señor obró un milagro: un inmenso esturión de agua dulce emergió y la llevó sobre su lomo al otro lado. Este signo milagroso se repite cada año en la procesión de Temse, donde los pescadores ofrecen un esturión en su honor.

Tras el drama con Carlomagno, Amalberga recibió el atuendo de virgen consagrada por San Willibrordo y se estableció en Tamise, donde dedicó sus últimos años a la oración, la humildad y la caridad.

Entre los milagros atribuidos a su intercesión, destacan:

Murió en el año 772 en Tamise, Bélgica, con alrededor de 31 años. Sus reliquias fueron trasladadas en 870 al monasterio de San Pedro en Gante, donde fueron solemnemente veneradas. Desde entonces, su veneración no cesa en Temse, Gante y toda Flandes.

Lecciones

1. La verdadera belleza nace de la virtud y la fidelidad al Señor:

Amalberga nos enseña que la belleza que cautiva es la que brota de un corazón entregado a Dios.

2. Perdonar sana el alma, sana el cuerpo:

Su perdón a Carlomagno no solo lo liberó del pecado, sino que lo sanó físicamente.

3. La Providencia cuida a quien se abandona al Señor:

El esturión y la fuente milagrosa demuestran que Dios sostiene a quien confía en Él.

4. La virginidad consagrada es una forma gloriosa de santidad:

Amalberga dedicó su cuerpo, voluntad y vida al Señor.

“Santa Amalberga de Tamise nos enseña que la verdadera fortaleza reside en la fidelidad a Cristo, demostrando que la pureza y la perseverancia son los cimientos de la santidad.”

Fuentes: CalendariodeSantos, Vida Santas, Santopedia, Wikipedia, ACI Prensa, EWTN, Enciclopediacatolica, Catholicsaintmedals

Scroll al inicio