San Adrián y Santa Natalia: Matrimonio fiel hasta el martirio

Historia

San Adrián era un joven oficial romano de 28 años, casado con Natalia, y ministro del emperador Maximiano Galerio. Vivía en la ciudad de Nicomedia, en tiempos en que la persecución contra los cristianos era sangrienta y cruel. Los soldados recorrían las calles apresando a quienes se negaban a ofrecer sacrificios a los ídolos, y así fueron arrestados 23 cristianos que se habían reunido en una cueva para cantar salmos

Adrián, presente como funcionario, quedó conmovido al ver la constancia y fortaleza de aquellos fieles. Les preguntó qué esperaban como recompensa de sus tormentos, y ellos le respondieron que el premio del cielo superaba todo lo que se pudiera imaginar en la tierra. Tocando su corazón la gracia de Dios, Adrián exclamó: “Poned mi nombre en la lista de estos santos varones, que yo también soy cristiano”.

El emperador, al saberlo, estalló en cólera y trató de hacerle retractarse. Le ofreció perdón si negaba lo dicho, pero Adrián respondió con firmeza: “Solo a mi Dios pediré perdón de mis pecados”. Por ello fue cargado de hierros y llevado a prisión

Cuando Natalia, su esposa, supo la noticia, lejos de entristecerse, se llenó de gozo, porque ella misma era cristiana en secreto. Corrió a la cárcel, se echó a los pies de su esposo, besó sus cadenas y lo alentó a perseverar hasta el final. Desde entonces, fue su compañera fiel en las horas más duras, cuidando sus llagas, animando a los mártires y sosteniendo con su amor la fe de Adrián

El día del juicio, el emperador intentó nuevamente doblegarlo con amenazas y halagos, pero Adrián declaró: “Nunca reconoceré como dioses a unos bloques de piedra”. Entonces fue brutalmente golpeado y azotado hasta quedar casi sin vida. Natalia, presente en todo momento, recogía con ternura la sangre de su esposo, viendo en ella semilla de santidad

Finalmente, Galerio ordenó un suplicio atroz: romper los miembros de los mártires sobre un yunque. Natalia, con heroica fortaleza, pidió que comenzaran por su esposo para que él recibiera primero la corona. Con sus propias manos colocó las piernas y luego la mano de Adrián sobre el yunque, hasta que fue destrozado. En ese instante, Adrián entregó su alma al Señor, junto a sus 23 compañeros, el 4 de marzo del año 306

Natalia guardó como reliquia la mano de su esposo, y más tarde fue llamada también al descanso eterno. La Iglesia la honra como santa el 1 de diciembre, unida al testimonio de Adrián. Sus reliquias fueron veneradas en Constantinopla y en Roma, y su culto se extendió por toda Europa, siendo invocado como patrono contra enfermedades contagiosas y protector de diversos oficios

San Adrián y Santa Natalia nos muestran el poder de la gracia en el matrimonio, que no solo es llamado a la fidelidad terrena, sino a la unión en Cristo hasta dar la vida. Su historia es un canto al amor conyugal santificado por la fe y elevado hasta el heroísmo del martirio

Lecciones

1. La gracia puede transformar un corazón en un instante: Adrián pasó de ser ministro del emperador a soldado de Cristo por la fuerza del testimonio cristiano.

2. El matrimonio cristiano es camino de santidad: Natalia alentó y sostuvo a su esposo en la fidelidad hasta el martirio.

3. La fe se prueba en la persecución: los honores del mundo no valen nada frente a la gloria eterna.

4. El martirio es victoria: las cadenas, los hierros y los tormentos no vencieron a Adrián, sino que lo hicieron partícipe del triunfo de Cristo.

“San Adrián y Santa Natalia: esposos santos que eligieron perderlo todo antes que perder a Cristo, enséñanos a vivir un amor fiel hasta la eternidad.”

Fuentes: FSSPX, VidasSantas, Wikipedia

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