
Historia
San Gregorio Ostiense, nacido en el siglo XI, ingresó en su juventud al monasterio benedictino de San Cosme y San Damián en Roma. Su vida monástica se caracterizó por una profunda humildad, sabiduría y dedicación al estudio y la oración. Estas virtudes lo llevaron a ser elegido abad del monasterio, y más tarde, el Papa Juan XVIII lo nombró Obispo de Ostia y Cardenal, confiándole también el cargo de Bibliotecario Apostólico, sirviendo a cuatro pontífices consecutivos .
Durante su episcopado, España enfrentaba una devastadora plaga de langostas que amenazaba las cosechas y la subsistencia de las comunidades en Navarra y La Rioja. Ante esta crisis, el Papa envió a San Gregorio como legado apostólico para auxiliar a las regiones afectadas. Durante cinco años, recorrió incansablemente los campos, predicando la penitencia y organizando rogativas. Su labor espiritual y pastoral fue tan efectiva que la plaga cesó, y la región fue liberada de la calamidad.
Agotado por sus esfuerzos, San Gregorio enfermó gravemente y falleció el 9 de mayo de 1044 en Logroño. Según la tradición, su cuerpo fue colocado sobre una mula, y se decidió que sería enterrado donde el animal se detuviera por tercera vez. La mula se detuvo en la cima del monte Piñalba, donde fue sepultado y posteriormente se erigió la Basílica de San Gregorio Ostiense en Sorlada, Navarra
Desde entonces, San Gregorio es venerado como protector contra las plagas agrícolas. Cada año, su festividad el 9 de mayo es celebrada con procesiones y bendiciones de campos, donde se utiliza agua pasada por su reliquia para rociar los cultivos, una tradición que simboliza la intercesión divina en la vida cotidiana
Lecciones
1.La Humildad es Grandeza Espiritual:
San Gregorio nos enseña que el camino a la santidad pasa por la humildad y el servicio, no por la búsqueda de honores.
2. El Servicio Pastoral:
Su ejemplo muestra que el pastor santo está siempre dispuesto a socorrer al pueblo en sus necesidades concretas, con fe y acciones.
3. La Oración y la Penitencia:
Con oración y penitencia, San Gregorio enfrentó una crisis real, enseñándonos que estas prácticas tienen poder para cambiar el mundo.
4. La Intercesión de los Santos:
Su continua veneración nos recuerda que los santos caminan con nosotros y siguen obrando milagros en lo ordinario de cada día.