Guía paso a paso basada en la encíclica Miserentissimus Redemptor de Pío XI
El Sagrado Corazón de Jesús es el símbolo del amor infinito de Cristo por todos los hombres. Pero también es un Corazón herido por la indiferencia, la ingratitud y el pecado. Por eso, el mismo Jesús pidió a Santa Margarita María de Alacoque actos de reparación y consagración a su Corazón.
Para responder a este pedido del cielo, el Papa Pío XI instituyó en 1928 una oración especial de reparación: la Oración Expiatoria al Sagrado Corazón de Jesús, incluida en su encíclica Miserentissimus Redemptor. Esta oración fue aprobada oficialmente por la Iglesia y puede rezarse a nivel personal, familiar o comunitario.
Fundamento doctrinal
- Encíclica Miserentissimus Redemptor (Pío XI, 1928): El Papa afirma que la reparación es el acto más querido por el Corazón de Cristo: “No hay en verdad cosa más grata al Corazón de Jesús […] que el que se tributen actos de expiación.” (n. 9)
- Catecismo de la Iglesia Católica (CIC): Enseña que, por la gracia, podemos participar en el sacrificio redentor de Cristo y reparar los pecados propios y ajenos (CIC 1434–1439).
¿Qué es esta oración y Cómo rezarla?
Es un acto solemne de reparación dirigido al Corazón de Jesús, para consolarlo por las ofensas de la humanidad. Fue compuesta por el Papa Pío XI como respuesta al llamado de Jesús a consolar su Corazón traspasado.
Esta oración es también una forma de unirse espiritualmente al sacrificio de Cristo, de pedir perdón, ofrecer amor en nombre de los que no aman, y consolar al Señor.
Paso 1: Prepararse interiormente
Antes de comenzar, tómate unos minutos para:
- Hacer silencio interior.
- Examinar tu conciencia brevemente.
- Debes estar en estado de gracia (sin pecado mortal).
- Pedir al Espíritu Santo que te ayude a orar con sinceridad y amor.
Paso 2: Elegir un momento y lugar apropiados
Reza esta oración en un ambiente de recogimiento. Puedes hacerlo:
- Frente al Santísimo Sacramento, en adoración o después de la Misa.
- En tu hogar, delante de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
- En comunidad: parroquia, grupos de oración, retiros, o encuentros de consagración.
- En días especiales:
- Primeros viernes de mes, como pidió Jesús.
- Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
- En momentos de grave necesidad para el mundo o la Iglesia.
Paso 3: Señal de la cruz y recogimiento
Haz la señal de la cruz lentamente, con devoción, y di: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Luego, guarda unos segundos de silencio y ofrece esta oración en espíritu de reparación, uniendo tu corazón al Corazón de Cristo.
Puedes decir en tu interior: “Jesús, me uno a tu sacrificio y quiero consolar tu Corazón herido por el pecado.”
Paso 4: Rezar la Oración Expiatoria (texto completo)
Aquí tienes la versión oficial completa para rezarla con devoción:
Oración Expiatoria al Sagrado Corazón de Jesús
(Papa Pío XI – Miserentissimus Redemptor, 1928)
Dulcísimo Jesús, cuya caridad derramada sobre los hombres se paga tan ingratamente con el olvido, el desdén y el desprecio, míranos aquí postrados ante tu altar. Queremos reparar con especiales manifestaciones de honor tan indigna frialdad y las injurias con las que en todas partes es herido por los hombres tu amoroso Corazón.
Recordando, sin embargo, que también nosotros nos hemos manchado tantas veces con el mal, y sintiendo ahora vivísimo dolor, imploramos ante todo tu misericordia para nosotros, dispuestos a reparar con voluntaria expiación no sólo los pecados que cometimos nosotros mismos, sino también los de aquellos que, perdidos y alejados del camino de la salud, rehúsan seguirte como pastor y guía, obstinándose en su infidelidad, y han sacudido el yugo suavísimo de tu ley, pisoteando las promesas del bautismo.
A1 mismo tiempo que queremos expiar todo el cúmulo de tan deplorables crímenes, nos proponemos reparar cada uno de ellos en particular: la inmodestia y las torpezas de la vida y del vestido, las insidias que la corrupción tiende a las almas inocentes, la profanación de los días festivos, las miserables injurias dirigidas contra ti y contra tus santos, los insultos lanzados contra tu Vicario y el orden sacerdotal, las negligencias y los horribles sacrilegios con que se profana el mismo Sacramento del amor divino y, en fin, las culpas públicas de las naciones que menosprecian los derechos y el magisterio de la Iglesia por ti fundada.
¡Ojalá que podamos nosotros lavar con nuestra sangre estos crímenes! Entre tanto, como reparación del honor divino conculcado, te presentamos, acompañándola con las expiaciones de tu Madre la Virgen, de todos los santos y de los fieles piadosos, aquella satisfacción que tú mismo ofrecisté un día en la cruz al Padre, y que renuevas todos los días en los altares. Te prometemos con todo el corazón compensar en cuanto esté de nuestra parte, y con el auxilio de tu gracia, los pecados cometidos por nosotros y por los demás: la indiferencia a tan grande amor con la firmeza de la fe, la inocencia de la vida, la observancia perfecta de la ley evangélica, especialmente de la caridad, e impedir además con todas nuestras fuerzas las injurias contra ti, y atraer a cuantos podamos a tu seguimiento.
Acepta, te rogamos, benignísimo Jesús, por intercesión de la Bienaventurada Virgen María Reparadora, el voluntario ofrecimiento de expiación; y con el gran don de la perseverancia, consérvanos fidelísimos hasta la muerte en el culto y servicio a ti, para que lleguemos todos un día a la patria donde tú con el Padre y con el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Paso 5: Finaliza con un acto de consagración (opcional)
Puedes terminar con una de las formulas de la consagración personal al Sagrado Corazón:
- Consagración compuesta por Santa Margarita María de Alacoque.
- Consagración compuesta por el Papa León XIII (Encíclica Annum Sacrum, 1899).
- Consagración familiar al Sagrado Corazón (indulgencias).
Sugerencias para sacerdotes:
- Introduce esta oración en retiros, encuentros de consagración y Hora Santa.
- Enséñala en las catequesis sobre el Sagrado Corazón.
- Proponla a los fieles como parte de las prácticas del Primer Viernes de mes.
- Imprime copias y repártelas con imágenes del Sagrado Corazón.
Rezar la Oración Expiatoria al Sagrado Corazón de Jesús es un acto de amor que consuela a Cristo en su dolor por los pecados del mundo. Es también una forma concreta de participar en su obra redentora, ofreciendo reparación y fidelidad en un mundo herido por el pecado.