San Juan Bautista: Humildad que Anuncia la Luz

Historia

San Juan Bautista, precursor de Cristo, es uno de los pocos santos cuya natividad —el 24 de junio— es solemnemente celebrada por la Iglesia. Su nacimiento marca un punto de inflexión en la historia de la salvación, y San Agustín lo calificó como “la línea divisoria entre los dos Testamentos”.

Hijo de Zacarías e Isabel, él fue concebido en la vejez de sus padres, tras el anuncio enviado por el Ángel Gabriel. Cuando el ángel reveló el nombre “Juan”, Zacarías recuperó el habla —antinatural hasta entonces por su incredulidad— y profetizó el canto del Benedictus. Desde el vientre, Juan fue llenado del Espíritu Santo al paso de María, señal clara de su misión divina aún antes de nacer.

San Juan nació en Ain Karim, Israel, unos seis meses antes que Jesús, situándose cronológicamente entre la Anunciación (25 de marzo) y la Navidad (25 de diciembre). La Iglesia celebra la natividad de San Juan Bautista el 24 de junio, cerca del solsticio de verano (cuando los días comienzan a acortarse), y la de Jesús el 25 de diciembre, cerca del solsticio de invierno (cuando los días comienzan a alargarse). Esto simboliza una verdad espiritual profunda: “Él debe crecer, y yo disminuir” (Juan 3,30).

Así como después del nacimiento de Juan los días se hacen más cortos, y después del nacimiento de Cristo los días se hacen más largos, la liturgia refleja que Juan preparó el camino y luego cedió todo el protagonismo a Jesús, la Luz verdadera que vino al mundo. Es una forma de mostrar que Juan vino a preparar el camino, pero que Jesús es la verdadera Luz del mundo, y debe brillar cada vez más en nuestras vidas.

Juan vivió en el desierto, predicando la conversión y administrando el bautismo en el Jordán. Jesús vino a él para ser bautizado, marcando el inicio público del ministerio de Cristo. Denunció sin temor la unión indebida de Herodes Antipas con Herodías, por lo que fue arrestado y, finalmente, decapitado, convirtiéndose también en mártir —festividad el 29 de agosto.

Su nacimiento y martirio son conmemorados litúrgicamente: el primero el 24 de junio, el segundo el 29 de agosto. Sólo él, la Virgen María y Jesús reciben este doble homenaje.

Jesús, la Virgen María y San Juan Bautista son los únicos tres a quienes la Iglesia celebra litúrgicamente tanto: Su Nacimiento (natividad) en la tierra, Y su Tránsito o muerte (dies natalis al Cielo)

Esto tiene una razón teológica: Los tres nacieron “llenos de gracia” (cf. Lucas 1,28; Lucas 1,15; Juan 1,14), es decir, libres del pecado original desde su concepción. Por eso:

  • A Jesús se lo celebra en: 25 de diciembre (Natividad del Señor) y el 14 de septiembre (Exaltación de la Cruz) y otros días que conmemoran su pasión.
  • A la Virgen María: 8 de septiembre (Natividad) y el 15 de agosto (Asunción: su paso glorioso al Cielo)
  • A San Juan Bautista: 24 de junio (Natividad) y el 29 de agosto (Martirio)

Lecciones

1.Imita la valentía de Juan Bautista:

No tengas miedo de anunciar la verdad del Evangelio, aunque el mundo te rechace.

2.Celebra su nacimiento y su martirio con fe:

Participa en la Misa del 24 de junio y del 29 de agosto, y pide su intercesión por tu conversión.

3. El martirio: culmen de la fidelidad:

Entregó la vida por mantenerse fiel a Dios y rechazó silenciar su voz ante la injusticia.

“San Juan Bautista, ayúdanos a alzar nuestra voz por la verdad, vestirnos de humildad y prepararnos con convicción para recibir a Cristo.”

Fuentes: CalendariodeSantos, Vida Santas, Santopedia, Wikipedia, ACI Prensa, EWTN,

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