
Historia
San Simón Stock nació alrededor del año 1165 en Aylesford, Kent, Inglaterra. Desde joven, buscó una vida de profunda unión con Dios, viviendo como ermitaño (eremita) en el hueco de un árbol, lo que le valió el apellido “Stock”, que significa “tronco” en inglés. Esta vida de oración y penitencia lo preparó para una misión mayor.La palabra “eremita” proviene del griego “eremos”, que significa desierto o lugar aislado. La vocación de un eremita se hizo más popular entre los primeros cristianos, quienes, inspirados por santos como Elías y Juan el Bautista, deseaban vivir una vida apartada y, por lo tanto, se retiraron al desierto para vivir en oración y penitencia.
La definición de eremita se encuentra en el canon 603 del Código de Derecho Canónico, la norma que rige a la Iglesia Católica (vida eremítica o anacorética). (Un anacoreta es un cristiano que, impulsado por el deseo de vencer a la carne, al mundo y al demonio, se retira del bullicio de la sociedad para vivir en soledad, penitencia y oración, buscando la unión más íntima con Dios, sin dejar de estar al servicio de la Iglesia y del prójimo cuando la caridad lo llama).
Al llegar los primeros carmelitas a Inglaterra, Simón se unió a ellos, atraído por su devoción a la Virgen María y su vida contemplativa. En 1247, fue elegido sexto Prior General de la Orden del Carmen, liderando su expansión en Europa y fundando conventos en ciudades como Oxford, Cambridge, París y Bolonia.
Su vida estuvo marcada por una profunda devoción mariana. Compuso el himno “Flos Carmeli”, una oración que refleja su amor y confianza en la Virgen. Según la tradición, el 16 de julio de 1251, la Virgen María se le apareció, entregándole el escapulario del Carmen como signo de protección y salvación para quienes lo portaran con fe.
San Simón Stock falleció el 16 de mayo de 1265 en Burdeos, Francia. Su legado perdura en la devoción al escapulario del Carmen y en la espiritualidad carmelita centrada en la oración, la pobreza y la entrega total a Dios
Lecciones
1. La importancia de la vida interior:
San Simón nos enseña que una vida de oración y contemplación es fundamental para discernir y cumplir la voluntad de Dios.
2. Confianza en la intercesión de María:
Su devoción a la Virgen nos recuerda que María es una madre que intercede por nosotros y nos guía hacia su Hijo.
3. Fidelidad en la misión:
A pesar de las dificultades, San Simón fue fiel a su llamado, expandiendo la Orden del Carmen y promoviendo la devoción mariana.
4. El valor de los signos sacramentales:
El escapulario del Carmen es un recordatorio tangible del compromiso con Dios y de la protección maternal de María. (Conságrate a la Virgen del Carmen y lleva puesto siempre su escapulario)
“En la humildad de un ermitaño y la grandeza de un líder espiritual, San Simón Stock nos muestra que la santidad nace de la entrega total a Dios y la confianza en la intercesión amorosa de la Virgen María.”