Santa Práxedes: Virgen y consuelo de los mártires

Historia

Mientras Roma se ahogaba en frivolidad y sensualidad, Santa Práxedes floreció como lirio entre espinas. En tiempos en que las mujeres se rodeaban de cosméticas y placeres, ella vivió en oración, ayuno y castidad. Junto a su hermana Pudenciana, se apartó de los excesos de su época para abrazar la virginidad como testimonio de amor total a Cristo, siendo gozo de la Santa Madre Iglesia, según San Cipriano.

Nacida en la noble familia del senador Pudencio, acogieron en su mansión del Esquilino al mismo San Pedro. Su casa se convirtió en domus ecclesiae, donde ricos y esclavos recibían juntos los sacramentos y se respiraba la fraternidad cristiana. El testimonio de su padre sembró en sus hijas un amor ardiente por el Evangelio. A su muerte, ambas donaron sus bienes y dedicaron su vida entera a los pobres, a los cautivos y a la Iglesia perseguida.

Con la ayuda del Papa San Pío I, fundaron un baptisterio y catequizaron a esclavos a quienes luego liberaban solemnemente. En una sola Pascua bautizaron a 96 nuevos cristianos. Su celo por las almas fue apostólico: enseñaban, servían y evangelizaban en medio de una sociedad indiferente o pagana, sin buscar gloria, sino salvación eterna para todos.

Santa Práxedes escondía a los perseguidos, visitaba a los encarcelados, cuidaba a los condenados y enterraba con sus manos los cuerpos de los mártires. Con una esponja recogía su sangre y la guardaba en un pozo bajo su iglesia. Por eso la tradición la representa con una lámpara encendida y una esponja: símbolo de su caridad activa y su vigilancia espiritual ante el sufrimiento de la Iglesia.

Solicitó al Papa erigir una nueva iglesia sobre los terrenos de Novato y también fue artífice del templo dedicado a su hermana. Su vida fue una sucesión de templos interiores y exteriores construidos para la gloria de Dios. Bajo la persecución de Marco Aurelio, su casa siguió siendo lugar de culto y de conversión para muchos paganos, aún con el riesgo de su propia vida.

Después de enterrar a su hermana y a tantos mártires, Santa Práxedes —ya anciana— rogó a Dios no tener que presenciar más tanta sangre derramada. El Señor escuchó su plegaria y la llevó consigo. El sacerdote Pastor enterró su cuerpo junto al de su padre en el cementerio de Priscila. Sus reliquias, junto con las de más de 2.000 mártires, descansan hoy bajo el altar mayor de la basílica que lleva su nombre.

La Iglesia honra a Santa Práxedes como modelo de caridad valiente, virginidad fecunda y servicio silencioso. Su templo en Roma, embellecido por San Carlos Borromeo, es una joya espiritual. Su imagen con la lámpara encendida y la esponja sigue hablando hoy a sacerdotes y laicos que buscan la santidad en un mundo indiferente. Fue virgen y mártir de la caridad.

Santa Práxedes no fue canonizada mediante un proceso formal como los santos posteriores al siglo XII, sino que su culto se estableció por lo que la Iglesia reconoce como canonización equipolente o equipotente, también llamada canonización por aclamación popular o por antiquísimo culto.

Lecciones

1. Caridad activa y valiente:

Santa Práxedes no se limitó a orar por los mártires: los cuidó, los consoló, y se manchó las manos de sangre para darles sepultura santa. Nos enseña que la santidad implica ensuciarnos en el barro del dolor ajeno para redimirlo con amor.

2. El hogar como Iglesia doméstica:

Su casa fue templo, catecumenado y refugio. Hoy nos grita: haz de tu hogar un altar y una trinchera donde se viva la misa, la oración y la comunión con los perseguidos de hoy.

3. Fecundidad apostólica del alma virgen:

Su virginidad fue una vida ofrecida fecundamente a la Iglesia, dando a luz a nuevos cristianos por el bautismo, la enseñanza y el amor.

4.La lámpara encendida de la fidelidad:

Aun en la vejez y en medio de persecuciones, nunca apagó su fe ni su caridad. Nos deja el desafío de perseverar hasta el final con la lámpara encendida, como las vírgenes prudentes.

“Santa Práxedes, lámpara encendida por el amor, enséñanos a consolar a los mártires, y a vivir la virginidad como antorcha viva en medio de las tinieblas del mundo.”

Fuentes: CalendariodeSantos, Vida Santas, Santopedia, Wikipedia, ACI Prensa, EWTN

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