Santa Tecla: Virgen Indomable, Discípula de San Pablo y Mártir de la Pureza

Historia

El 23 de septiembre la Iglesia celebra a Santa Tecla, virgen y mártir del siglo I, cuyo nombre fue célebre en la antigüedad cristiana. Tanto fue su renombre que, cuando los santos Padres querían alabar la virtud de una doncella cristiana, decían que era “otra Santa Tecla”. San Jerónimo llamó así a Santa Melania, y San Gregorio Niseno a su hermana Santa Macrina

Nació en Iconio (hoy Konya, Turquía) hacia el año 30, en una familia rica y culta. Sus padres, paganos, la educaron en filosofía y letras y la comprometieron en matrimonio con un joven principal llamado Tamiro. Pero la Providencia tenía otros planes: cuando San Pablo y San Bernabé predicaron en Iconio, la joven Tecla, desde la ventana de su casa, escuchaba fascinada sus palabras sobre la fe y la virginidad por Cristo. Así comenzó su conversión profunda y radical

Deseosa de instruirse, sobornó a un carcelero para visitar a San Pablo en prisión, entregándole sus joyas para poder escucharlo. Según San Juan Crisóstomo, prefirió perder adornos externos para ganar la hermosura interior de la fe. Desde entonces decidió consagrarse a Cristo en virginidad perpetua, rompiendo con su prometido y enfrentándose a la oposición de su propia madre

Esa decisión le valió persecución. Fue acusada públicamente y condenada a la hoguera. Pero, cuando se arrojó con valentía entre las llamas, una tormenta repentina apagó el fuego. El Señor la protegía como a su esposa fiel. Más tarde, en Antioquía, otro poderoso la acosó y, por resistirse, fue condenada a las fieras. Una leona enviada contra ella se postró a sus pies y la defendió de un oso y un león. San Ambrosio recuerda con emoción este prodigio: las bestias mostraban respeto por la pureza de la virgen

No bastó eso: fue arrojada a un estanque lleno de serpientes venenosas, pero salió ilesa. Más tarde, intentaron despedazarla atándola a dos toros salvajes, pero las cuerdas se rompieron sin hacerle daño. Los milagros con los que Dios la libraba de la muerte confirmaban que la virginidad consagrada es fuerza indomable cuando está unida a Cristo

Finalmente, el procónsul la liberó, asombrado por tantos prodigios. Tecla se reencontró con San Pablo, quien la bendijo y le aconsejó servir al Señor entre las comunidades cristianas. Regresó a Iconio intentando convertir a su madre y familiares, pero no lo consiguió. Entonces se retiró a Seleucia de Isauria, donde vivió muchos años en oración y penitencia, alumbrando con sus virtudes a los que la visitaban

Murió en paz, ya anciana, después de haber sufrido innumerables tormentos por Cristo. Aunque no derramó su sangre en un martirio consumado, la Iglesia la honra como mártir de la fe y de la castidad. Sus reliquias fueron veneradas en Seleucia y su culto se extendió por Oriente y Occidente. En Tarragona (España) se conserva una reliquia de su brazo, traída en el siglo XIV, y numerosas iglesias en Europa llevan su nombre

Los Padres de la Iglesia la consideraron un modelo de santidad: San Epifanio la puso después de la Virgen María, y San Ambrosio la proponía como ejemplo de todas las vírgenes. En ella, el cristiano descubre que la fidelidad a Cristo vale más que la vida misma

Lecciones

1. La virginidad por Cristo es un tesoro: Tecla prefirió perder comodidades y honores antes que traicionar a su Esposo divino.

2. Dios defiende a los suyos: fue librada de hogueras, fieras y tormentos porque el Señor glorifica la pureza de corazón.

3. El testimonio arrastra multitudes: muchos se convirtieron al ver su fortaleza y los milagros obrados en ella.

4. El amor a Cristo da libertad verdadera: Tecla dejó patria, familia y riquezas para vivir solo para Jesús.

“Santa Tecla nos enseña que quien se entrega por entero a Cristo no teme ni fuego, ni fieras, ni tormentos, porque el amor de Dios lo hace invencible.”

Fuentes: FSSPX, VidasSantas, Wikipedia

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