La urgencia de formar adoradores
San Alfonso María de Ligorio con su libro “Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima” ha formado almas eucarísticas durante más de dos siglos, siendo aprobado y recomendado por varios Papas.
En tiempos en que el amor a Jesús Eucaristía se enfría en muchos corazones, este método sencillo y profundo es una respuesta concreta al llamado de la Iglesia a promover la adoración eucarística perpetua y la espiritualidad centrada en la presencia real de Cristo.
Fundamento eclesial y magisterial
La adoración al Santísimo es una de las más importantes y urgentes según la Iglesia:
- Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1378: “La adoración del Santísimo Sacramento es una prolongación de la adoración que se da al mismo Cristo en la Misa.”
- San Pío X y San Pablo VI animaron a promover las visitas al Santísimo como fuente de santificación.
El método de San Alfonso: estructura sencilla y poderosa
En su libro Visitas al Santísimo Sacramento, San Alfonso propone una estructura que ayuda a ordenar el corazón en la adoración:
Paso 1. Oración inicial: acto de adoración y consagración
Al llegar ante el Sagrario o la custodia con el Santísimo, haz la Señal de la Cruz y detente unos momentos en silencio. Reconoce que estás ante Jesús vivo, presente en el Sacramento del Altar, oculto bajo las especies del pan. Puedes decir interiormente: “Jesús mío, creo que estás realmente presente en este Sacramento. Te adoro con todo mi corazón.”
Haz un acto de fe, amor y humildad. Estás delante de tu Salvador, tu Redentor, tu Amigo fiel. San Alfonso propone una oración para comenzar cada visita (la puedes leer o rezar espontáneamente). En ella:
- Se adora a Jesús Eucaristía.
- Se le agradece por haberse quedado con nosotros.
- Se le ofrece reparación por las ofensas que recibe.
- Se le consagra todo el ser.
Paso 2. Meditación: lectura de la “Visita del día”
El libro contiene 31 meditaciones breves (son Frases sobre el amor de Jesús en la Eucaristía, Reflexiones sobre su presencia silenciosa, Invitaciones a amarlo, consolarlo y ofrecerse a Él, Expresiones afectivas y encendidas que mueven el alma al amor), una para cada día del mes. Lee lentamente la correspondiente al día (por ejemplo, “Visita 1” el día 1 del mes).
- No corras. Lee despacio, con el corazón abierto.
- Detente en las frases que te toquen más.
- Si algo te conmueve, haz silencio y medítalo interiormente.
Paso 3. Diálogo: hablar con Jesús de corazón a corazón
Después de leer la meditación, habla con Jesús con tus propias palabras, como lo harías con un amigo íntimo.
- Dale gracias por estar ahí.
- Pídele perdón por tus pecados y por los pecadores.
- Dile que quieres amarlo más.
- Exprésale tus preocupaciones.
- Ofrece tus sufrimientos o alegrías.
- Pídele una gracia concreta (pureza, paciencia, vocación, santidad…).
Paso 4. Comunión espiritual
Aunque no puedas recibir a Jesús sacramentalmente, puedes unirte espiritualmente a Él, con fe y deseo ardiente. San Alfonso recomienda hacer esta oración cada día:
“Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Como si ya hubieras venido, te abrazo y me uno todo a Ti.
No permitas que jamás me separe de Ti.Amén.”
Paso 5. Oración final a la Virgen María
Termina cada visita con una oración a la Virgen Santísima, Madre de la Eucaristía. San Alfonso incluye al final de cada visita una oración mariana, muy afectuosa y confiada.
- Porque María nos lleva a Jesús.
- Porque ella es modelo de adoradora.
- Porque su intercesión nos alcanza las gracias necesarias para perseverar.
¿Cuánto tiempo dura esta visita?
- La visita completa puede durar 15 minutos si se hace con recogimiento.
- Si la visita dura 30 minutos ganas una Indulgencia plenaria, puedes ganar una indulgencia plenaria (cumpliendo las condiciones: confesión, comunión, oración por el Papa y desapego del pecado).
- Puedes hacerlo diariamente, o al menos en los Primeros Jueves o durante la Hora Santa.
¡Hazte adorador!
Jesús está esperando en el Sagrario día y noche, con el Corazón abierto, buscando almas que lo consuelen y lo amen. San Alfonso decía:
“Después de los Sacramentos, la devoción más agradable a Dios y más provechosa para nuestras almas es la visita al Santísimo Sacramento.” (Libro Visitas al Santísimo, Introducción)
El mundo necesita adoradores. La Iglesia necesita adoradores. Jesús Eucaristía los espera. Que cada sacerdote haga de la adoración el alma de su sacerdocio, y que cada laico convierta la adoración en el fuego de su vocación bautismal.